Vuelvo a aclarar: voy a separar esta reseña en cuatro
puntos: «de qué se trata», «opinión», «nota» y «conclusión». Sólo «opinión»
tiene spoilers; el resto pueden leerlo sin problemas si no
leyeron ya el libro. Están avisados!
GÉNERO: Romance.
AUTOR: Kody Keplinger.
PERSONAJE FAVORITO: Casey, Toby.
PERSONAJE ODIADO: Wesley.
DE QUÉ SE TRATA:
Según
Wesley Rush, Bianca es la DUFF, es decir, la amiga fea y gorda que sólo existe
para hacer quedar bien a las otras. Bianca lo odia no sólo por esto, sino porque
es un arrogante mujeriego.
Sin
embargo, cuando la vida de Bianca comienza a colapsarse, hallará en Wesley una
distracción y, tal vez, un refugio…
OPINIÓN:
Como
en todo libro romántico adolescente, la dinámica de los personajes es vital. No
sólo por la química y la manera en la que se complementan, sino también por cómo se tratan el uno al otro. Ahora bien, desde el principio se
nos presenta a Wesley como a un mujeriego y un arrogante rico descarado.
Obviamente, la protagonista lo odia. Podemos entenderlo y, es más, ansiamos ver
cómo se desarrollara este amor. ¿Qué podemos decir? Es uno de esos placeres
culposos el disfrutar de esas relaciones amor-odio entre los protagonistas y
ver su evolución…
Sin
embargo, pasaré a explicar por qué, a pesar de que The DUFF tiene los ingredientes correctos, no los lleva a buen
puerto. En primera instancia, el error mayúsculo es Wesley. La autora quiere
hacerlo perfecto (perfecto besador, en la cama, en los videojuegos y una
centena de infinitos etcéteras) y ese es un grave error. Nadie puede ser
perfecto en todo y no debería serlo. Eso pone un nivel de expectativa en las
mujeres hacia los hombres y en los hombres sobre sí mismos que podría torturar psicológicamente
a cualquiera. ¿Por qué siempre tiene que ser el mejor en todo? ¿El más
atractivo del colegio? ¿El más alto? No es una competencia. Alguien puede no
ser el mejor ni el chico más lindo y aún así ser querido,
deseado, venerado… No entiendo esta manera de volver al interés romántico de la
protagonista un Adonis perfecto que es imposible que exista. Y, claro, que sea
justo él quien se junte con la chica más “fea” del colegio parece el típico cliché
moderno. En los clásicos teníamos al chico rico que venía a salvar a la chica
pobre de la miseria. Ahora, el chico de la belleza de Narciso viene a rescatar
a la fea/gorda/solitaria/tímida/retraída/etc de su inevitable destino como la
perdedora máxima del universo.
No
sólo eso, sino que también es el que toda chica sueña y quiere. Ninguna chica
se atrevería a perderse ese manjar porque, según Wesley, todas las chicas
quieren un pedazo de él. O sea, ¿por qué? ¿Su belleza? ¿Su dinero? ¿Acaso son
las adolescentes de hoy meras descerebradas superficiales? Al menos así es como las dejan ver en la literatura YA últimamente. No hay nada
increíble acerca de Wesley. Lo único que se resalta de él en todo el libro es
que es hermoso y es bueno en el sexo. Todas las cosas que podrían causar
ternura o simpatía hacia un muchacho, las tiene el otro interés romántico de la
protagonista: Toby. Wesley sólo se la pasa admirándose a sí mismo y llamando a
Bianca DUFF, como un recordatorio constante de lo que quieren decir esas
siglas.
Por
otro lado, es asquerosamente engreído. Que por favor alguien le dé un buen
coscorrón en la cabeza a este patán y varias cuotas de humildad. No para de
siempre hablar de sí mismo como lo más maravilloso que ha existido sobre la faz
del planeta. Aggg! En serio, no. Si yo me cruzará a alguien así, la única
manera por la que seguiría en contacto con esa persona es para demostrarle, en
una especie de meta personal, cuan equivocado está. Las dosis de narcisismo
en Wesley asquean hasta el punto de volverlo lo contrario a atractivo.
Otro
cliché de los libros juveniles modernos es ponerle un pasado oscuro y
misterioso al personaje masculino. Porque todos tienen que tener una gran
tragedia en sus vidas para ser interesantes, o para que la protagonista sea la
salvadora del día al rescatarlo de su muy encubierta soledad, tapada por capas
y capas de sexo, narcisismo y dinero. Claramente, Wesley no podía romper el estereotipo
y su gran pasado reside en el abandono de sus padres, constantemente viajando,
y su muy estricta abuela. Sé cómo esto puede afectar a un adolescente, pero no
se siente como oscuro y misterioso. Sólo un poco triste y hasta dramático.
El
segundo error de Keplinger es Bianca, la protagonista, lo cual hace que, si la
pareja principal es el mayor problema que tiene el libro, este a duras penas
pueda ser bueno. Porque Bianca es una cobarde y negadora. No quiero herir las susceptibilidades
de aquellos que leyeron el libro y lo disfrutaron, pero enfrenten la realidad:
Bianca pasa 99% del libro huyendo de sus problemas en vez de enfrentarlos (y
cuando cree que los está confrontando, en realidad está huyendo de otra manera)
y constantemente niega la realidad. Lamentablemente, esto, sumado a su
constante dependencia sexual de Wesley para “no sentir nada”, no la hacen el
mejor ejemplo a seguir.
¿Por
qué recalco constantemente en cada reseña esto de que los protagonistas sean un
ejemplo a seguir? Es un libro, su misión es entretener. Errado. Esa es parte de
su misión; la otra parte es dejarnos algo, un sentimiento, una enseñanza, un
aprendizaje o una moraleja. Algo que se relacione con nuestra vida diaria y nos
permita identificarnos, enfrentar nuestros miedos y crecer. Eso es lo que un
buen libro busca hacer aparte de entretener.
Sin
embargo, Bianca lamentablemente no es el caso. Presentada al principio como un
buen personaje cínico y sincero, se convierte en una mentirosa que guarda
secretos de sus mejores amigas, las excluye de su vida para recurrir a sus
citas de “sexo”, rechaza ayudar a su padre en su peor momento y perdona a una
madre que la abandonó con demasiada facilidad para la clase de daño que causó. Bianca
esconde sus inseguridades tras un muro y, aunque eso es verosímil (todos lo
hacemos), lo que ella consigue es sólo su satisfacción personal. Su egoísmo supera
su interés y amor por otras personas y eso la vuelve, bajo mi mirada, una
chica a la que no me gustaría parecerme. Es, por ello, que a pesar de ser un
personaje realista, no podría nunca tomarse como ejemplo y temo por las jóvenes lectoras
que la vean como apoyo.
CONCLUSIÓN:
Lectura
rápida y sencilla, entretiene pero falla en educar al comportamiento debido. Puede
ser sin problemas un placer culposo, pero nunca una guía de la vida.
YO…
LEERÉ EL SIGUIENTE?: -
LO COMPRARÉ?: No.
LO RE-LEERÉ?: No.
LO QUEMARÉ?: No.
LO EXORCISARÉ?: Extremadamente necesario.
LEERÉ EL SIGUIENTE?: -
LO COMPRARÉ?: No.
LO RE-LEERÉ?: No.
LO QUEMARÉ?: No.
LO EXORCISARÉ?: Extremadamente necesario.
RENOMBRADO COMO: La DEIA (distraída, egoísta, insegura
amiga).
TE GUSTARÁ SI LEISTE: Cualquier
libro en donde la fea que no es tan fea termina con el chico lindo y rico.
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